Para la comprensión adecuada de la lectura, recomendamos comenzar por la primera entrada que abría este Diario de un intento e ir actualizando la lectura avanzando en fechas hasta la última actualización.

martes, 19 de septiembre de 2017

LO ESCRITO ANTERIORMENTE EN ESTE BLOG DESCRIBE EL PROCESO BUROCRÁTICO, ADMINISTRATIVO Y POLÍTICO DEL PROYECTO DE REHABILITACIÓN DE EL CORRAL DE SAN ANTÓN Y LA RELACIÓN DE ÉSTE CON LA AGENCIA DE VIVIENDA Y REHABILITACIÓN DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA, ASÍ COMO CON UNICAJA BANCO. 

A PARTIR DE AHORA, TODO LO NUEVO REFERENTE AL CORRAL DE SAN ANTÓN COMO PROYECTO SOCIAL Y CULTURAL PUEDES SEGUIRLO EN: 

sábado, 28 de mayo de 2016

28.05.2016

Con motivo de la demanda presentada contra la Delegación Provincial de Cádiz de la Consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio el pasado jueves 19 de mayo, ayer viernes hice una visita a La Voz del Sur, que desde sus comienzos ha seguido el caso de manera amable, para una entrevista que saldrá en estos días. Para refrescar las ideas, escribí las líneas que siguen (prometo que el tostón administrativo son sólo los primeros párrafos y que podéis saltarlos si os cansa).

Comencemos haciendo un repaso rápido a fechas claves en este asunto:

- el 10 de febrero de 2009 se hace entrega del Acta de Compromisos que establece los acuerdos adoptados con la Empresa Pública del Suelo de Andalucía (EPSA) para la rehabilitación del inmueble de calle San Antón 5 (El Corral de San Antón). En su cláusula novena, éste Acta de Compromisos dice:

“Este acta de compromisos queda sujeta a la aprobación de la actuación por la Comisión Delegada de EPSA para las áreas de rehabilitación concertada con carácter previo a la correspondiente resolución de las ayudas por la persona titular de la Delegación Provincial correspondiente”.

- 16 de junio de 2009 se hace entrega de la Resolución, a fecha 18 de mayo del mismo año, de la Delegada provincial de Vivienda y Ordenación del Territorio, siendo éste el acto administrativo por el que se concede la subvención y completando así la documentación a la que quedaba sujeto el acta de compromisos, pues esta resolución, tal como queda reflejado en la ya citada cláusula novena, es posterior a la aprobación de la actuación por la Comisión Delegada de EPSA.

- el 28 de abril de 2010 se pone en conocimiento de EPSA la decisión de abandonar la casa ante los derrumbes sufridos en los últimos días.

Tras varios años de silencios y mareos administrativos, el pasado 19 de febrero de 2016 se presenta ante la Delegación Provincial de Cádiz de la Consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio la reclamación previa. A esta especie de acto de conciliación, la Administración tiene un mes para responder, y el silencio vuelve a ser su respuesta. Una vez transcurrido ese mes, tenemos dos meses más de plazo para presentar la demanda ante el Juzgado Contencioso-Administrativo, formulándose definitivamente el pasado jueves 19 de mayo de 2016 en Sevilla, con la petición de presentación del expediente completo para la mejor redacción posible de la demanda.

Debido a que la última entrevista que concedí sobre este asunto fue en octubre de 2014, me preguntaba, ¿qué decir que no haya dicho ya? ¿qué ha pasado desde entonces? Y me contesta: poco o nada, desde la relación con la Administración; y mucho, mucho, desde la relación con el Barrio y con los movimientos sociales de Jerez. Vayamos por parte.

A la actual AVRA (Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía), heredera de la antigua EPSA, se le presentó un proyecto por el que, siendo conscientes de las dificultades económicas que vive la Administración, se renunciaba a un 80% de la subvención concedida. Esto suponía la rehabilitación de un sólo apartamento en lugar de los cinco pactados y una subvención de 39 mil euros, en lugar de los 195 mil euros que tenemos concedidos. Es decir, estábamos renunciando a 156 mil euros. La respuesta de AVRA, en la línea de su antecesora EPSA: silencio oficial. Ni una sóla respuesta. En estos años, la única comunicación oficial de EPSA-AVRA llegó tras pedir la mediación del Defensor del Pueblo Andaluz, para concederme una entrevista con el Área de Rehabilitación de la Empresa tras años solicitándola y no obteniendo ninguna respuesta previa a esa intervención del Defensor.

Y a partir de aquí llega ya la redacción de lo realmente enriquecedor... ¿qué ha pasado en la relación con el barrio y con los movimientos sociales?
En la anterior entrevista concedida a La Voz del Sur, en el vídeo ya se apunta a que no estamos llorando en busca de una limosna, sino que nos encontramos criticando el modelo de ciudad. Con ello, por ejemplo, quiero decir, ¿qué políticas de rehabilitación existen? No estamos hablando de planes y promesas nunca cumplidas, sino de realidades. Un paseo por los barrios históricos de nuestra ciudad es esclarecedor, a la par que alarmante. ¿Cuántas casas abandonadas hay en el centro de Jerez? En la misma calle San Antón, una calle que apenas cuenta con 17 números, existen al menos cuatro fincas totalmente abandonadas y otras parcialmente. O la calle San Miguel, que une la plaza principal de nuestra ciudad, la del Arenal, con uno de sus mayores monumentos, como es la Iglesia de San Miguel, y que está prácticamente abandonada por completo. Y ya no hablemos si nos trasladamos al Jerez Intramuros, paseando por ejemplo por la Plaza San Lucas, donde si nos paramos un par de minutos allí y miramos a nuestro alrededor, no podemos hacer otra cosa que echarnos a llorar. Y ahora nos encontramos, por otro lado, con la construcción de nuevas viviendas, por ejemplo, en calle Paúl, donde se va a volver a derruir parte del Patrimonio bodeguero, para la construcción de pisos de nueva construcción, ahondando en el mismo problema. Es lamentable.

A esto hay que sumar que seguimos celebrando a bombo y platillo la construcción de más hoteles, como el que irá en el antiguo edificio del Casino Jerezano, en calle Tornería, confiando la rehabilitación del Centro Histórico a la inversión privada en materia de turismo, lo cual sucede no sólo con grandes hoteles, sino con la reconversión de antiguas casas de vecinos, como la Casa del Cristo en calle Pollo, en apartamentos turísticos. A su vez, el centro de la ciudad se ha convertido en una continua terraza de bar, siendo extraña la plaza o calle que no ha sido invadida. El problema reside en que observamos a la ciudad (en todos los ámbitos que la configuran) sólo desde el prisma de la rentabilidad económica, y un contexto socio-económico como el que estamos viviendo en los últimos años es ideal para reforzar estas ideas. ¿Qué tipo de ciudad estamos construyendo? A esto nos referimos, y ¿qué impacto tiene este modelo de ciudad sobre nuestras formas de vida? Estamos despojándonos de nuestra historia y convirtiéndonos en un escaparate más. ¿Cómo esperamos que se rehabilite y se revitalice el centro? Pues parece que hemos apostado todo a que sólo sea mediante esa inversión privada, que ya dispone de un buen capital económico y que sólo espera una rentabilidad económica. No hay más. Sin embargo, el centro está cada vez más deshabitado y la población que resiste aún se encuentra más envejecida, viviendo en unas condiciones de habitabilidad bastante penosas. ¿Cómo afrontar la rehabilitación de las viviendas de estas personas si no tienen medios para pagar lo básico para sobrevivir? ¿Acaso no debería ser esto uno de los temas principales de la política municipal? La respuesta es sencilla: no es rentable.

Y, ¿qué queremos decir con eso de cómo nos afecta el modelo de ciudad más allá de la ciudad entendida como ente en sí? Siempre lo hemos dicho bien claro y ya, con las Jornadas de Uso del Espacio Público que organizamos el pasado septiembre, quedó bien demostrado: el modelo de ciudad influye de manera directa y decisiva en nuestra construcción del ser y de las relaciones. ¿Cómo va a ser igual relacionarse en una ciudad que apuesta por la eliminación de la comunidad que en una que gira sobre las casas de vecinos? ¿Cómo van a ser igual las relaciones que se daban en las casas antiguas de vecinos que las que se dan en las nuevas urbanizaciones privadas de unifamiliares? Este centro cada vez más despoblado y con una población más envejecida ha encerrado a sus mayores en oscuros apartamentos, enseñándoles a manejar el mando a distancia para que escuchen alguna voz conocida a lo largo del día, con cada vez menos personas a su alrededor. Y si salen a la calle, ¿qué encuentran? Pues lo mismo. Un estado de abandono total, una ausencia de espacios de encuentro y un barrio cada vez más desagradable, desangelado.

Con todo esto, no había mucho que hacer para que las I Jornadas de Uso del Espacio Público fuesen un éxito, tan sólo volver a establecer a éste (calles y plazas) como lugar para el encuentro, para compartir... aunque sea compartir el tiempo. Y ésa es la idea también de El Corral de San Antón, que la casa vuelva a convertirse en un espacio de encuentro.

Sin embargo, ahora nos encontramos ante la demanda, que choca también con el nuevo proyecto para El Corral. La idea de rehabilitar El Corral de San Antón como centro cultural surge algunos años después de la firma del convenio con EPSA y de la concesión de la subvención por parte de la Delegación. Esto hace que ahora, a la hora de presentar la demanda, tenga que pensar qué es lo que solicitamos y las consecuencias de ello: si solicitamos la ejecución de lo firmado más una indemnización por daños, o sólo esto último, olvidando la subvención concedida. El problema radica en que si pedimos la cuantía de la subvención, significaría olvidarse del proyecto de El Corral de San Antón como centro cultural, pues habría que cumplir con todo lo firmado en ese convenio, con lo que que habría que habilitar cinco apartamentos en la finca. Esto puede parecer una incoherencia, pero no es así. Se podría pensar que estamos hablando del despoblamiento del centro como grave problema y, sin embargo, queremos convertir una casa de vecinos en centro cultural, en lugar de rehabilitar sus viviendas. Lo que pensamos para tomar esta decisión es que vivir es mucho más que comer y dormir, y que el centro ha quedado muy atrás en cuanto a equipamientos para enriquecer la vida en el mismo y hacerlo más atractivo. Dotar al centro de más equipamientos (culturales, deportivos, parques infantiles, etc.), haría de reclamo para su revitalización.

Centrándome en el asunto de la demanda, me daría mucha rabia renunciar a lo firmado por el simple hecho de no ir a por todas a castigar a la Administración. Y no por venganza ni por rabia gratuita, sino por mantener una postura de respeto y responsabilidad conmigo mismo, con mis compañeros y con la gran cantidad de personas que han padecido y siguen padeciendo estas políticas. Por un lado, ¿cómo evalúo yo lo daños ocasionados a mi persona si no es que sean incalculables, sino irreparables? Años y años en los que todos los días del año, todos y cada uno de sus días, éste no es que haya sido un problema, sino El Problema. Reuniones, escritos presentados, desplazamientos a Cádiz o Sevilla, llamadas telefónicas, horas y horas empleadas... y cómo afecta todo esto a nivel emocional/psicológico, directamente en mi salud, cuando ves que tú ofreces todo lo que tienes, cedes el máximo que puedes ceder y vas viendo cómo tu casa se va convirtiendo poco a poco en una ruina y te tienen atado de manos y pies.

Aunque intente restarle importancia, no hay que olvidar el aspecto económico. Lo que supone mantener una casa abandonada, que pretendes rehabilitar, que sigue empeorando, y que continuas pagando, además con una sentencia ganada contra el banco y que éste recurre y no ejecuta. Esta sentencia es la famosa Cláusula Suelo, por la cual estoy pagando cerca de 300 euros más de lo que debería todos los meses.

Y en cuanto al respeto a tantas y tantas personas que han padecido estas políticas, me pregunto ¿cuántas no han podido aguantar y han caído por el camino? Por ellas hay que ir a morder y desgarrar. Y una vez con su corazón entre los colmillos, colgando sus ropas por mi boca, se enseña al enemigo el trofeo con rabia, que sepan dónde se han metido.

Y, por último, vamos a suponer que hubiese olvidado todo lo que ha pasado y quisiera rehabilitar desde cero mi casa, hasta donde pudiese llegar. Vamos allá.

Aqualia y Endesa. Son los dueños del agua y la luz... o eso creen. Si quiero solicitar contrato de obras, requieren licencia de obra. Una licencia de obras que fue parada por el acuerdo con EPSA y que ahora, no se puede reabrir por haber sido interrumpida. Por cierto, para interrumpir esta licencia de obra, EPSA presentó un escrito en la Gerencia Municipal de Urbanismo en el que se reconocía la existencia de una subvención concedida. Vamos a hacer más suposiciones. Voy a por todas y voy a intentar comenzar la rehabilitación por mi cuenta. Empezamos deteniendo la entrada de agua en la casa, impermeabilizamos los tejados. Vamos a poner que esta obra está presupuestada en 20 mil euros. A los 20 mil euros, para empezar, habría que sumar 4 mil que serían para pagar el IVA, añadir un 10% para la licencia de obras (2 mil euros) y ahora vamos con el de un contrato con Aqualia y otro con Endesa, cerca de 200 euros cada uno... La licencia que otorgan en la GMU para esta obra es de dos meses, una vez transcurridos estos dos meses, la licencia expira y, con ella, los contratos de luz y agua. Si no ha dado tiempo de finalizar las obras se puede solicitar una ampliación de plazos, pero si queremos seguir avanzando obras, habría que hacer otra vez todo de nuevo. En resumen, una impermeabilización de cubiertas de 20 mil euros, vendría a salir por cerca de 27 mil euros...

Además, contamos con pagar un IBI mucho más alto que en cualquier otra zona de la ciudad, basado quizás en una idea romántica de lo que significa vivir en el centro, porque la realidad es la que hemos descrito. Vamos a sumarle que además nos regalan el ser de la zona de Jerez en la que se paga doblemente por circular con vehículo a motor: el impuesto de circulación y el ORA por aparcar.

En fin, como pueden ver, todo un lujo muy atractivo eso de irse a vivir al centro. Así es como se pretende revitalizarlo... vuelvo a repetir: ya es hora de que se plantee este problema como un grave asunto a tratar, con menos facilidades para que las grandes empresas constructoras siguen construyendo vivienda nueva , y más facilidades para la rehabilitación integral de lo ya existente.

Y, por último, no puedo olvidar que esta exposición pública que hago de mi vida no es para nada deseada y que no lo hago desde lo particular. Si hago esto no es para “llorar”, sino que tal como por algún lado de este blog aparece: “La historia de un día engloba la del mundo y la de la sociedad”, H. Lefebvre. Así que esto que se expone no quiero que se tome como un llanto de impotencia, sino como una denuncia pública, social y política, en la que se muestra sobre qué ejes gira este podrido mundo.


viernes, 27 de febrero de 2015

27.02.2015

Parece ser que el Tribunal Supremo ha vuelto a dictar sentencia sobre la Cláusula Suelo. En esta nueva sentencia, que ya crea jurisprudencia, vuelve a declarar nulas dichas cláusulas y establece la devolución de las mismas desde mayo de 2013. Es decir, por un lado me están diciendo que he sido víctima de una estafa, pero que quien me estafa no está obligado a devolverme el dinero que he pagado de más, al menos no en su totalidad. Total, que mañana puedo ir al banco, con la cara descubierta, ya da igual tapársela, los ladrones salen en televisión a diario, con arma en mano, obligar a que me den todo el dinero posible y si me llevo diez mil euros, al día siguiente cuando la justicia (¿?) me atrape, devolveré dos mil de esos diez mil y me voy riéndome del cajero al que hice temer por su vida... Lo que peor llevo de todo esto, más allá de que me devuelvan parte del dinero o no me devuelvan nada, que me quiten o no la cláusula, y aunque poniéndome en el mejor de los casos, eliminen la cláusula y me devuelvan la totalidad, como os decía, lo que peor llevo es que aún en el mejor de los casos tendré que seguir dándole mi dinero a esos desgraciados. Seguir enriqueciendo a quien me ha tomado por tonto es lo que me crea mayor impotencia. No me importaría tener a esas personas entre mis manos...

Por otro lado hoy he vuelto a la GMU y tras revisar el expediente, la normativa, etc. me surge una pregunta: la casa está catalogada tanto por la GMU como por la Junta de Andalucía como “Bien de interés genérico”, y la normativa (o ley, no sé muy bien), para proteger dichos bienes, establece que debo hacerme responsable de la conservación de éstos. Es decir, por un lado, tengo un bien que debo proteger, conservar, es decir, que la Junta me debe “obligar” a rehabilitar. Por otro lado, tengo un convenio firmado con la misma Junta desde hace cerca de seis años para la rehabilitación, conservación, protección del mismo bien. Y, por último, al no poder asumir la Junta la parte de su acuerdo, si yo decido proteger el bien por mi propia cuenta, estoy rompiendo el convenio que nos liga. En fin, que me obligan a rehabilitar mi casa, pero no me dejan hacer obras para ello. Bienvenido al mundo.

En lo que respecta a AVRA, este año vi, por primera vez, muy cerca el inicio de las obras. Me reuní, como creo que os conté, con la vicedirección de la Agencia (reunión que no entendían desde la vicedirección, porque, claro estaba y lo comprobé, no sabían que estaba motivada no por el expediente, sino por una denuncia ante el Defensor del Pueblo). Por otro lado, en abril del año pasado también mantuve un encuentro con el Delegado Provincial de Vivienda, y con el director de la oficina de AVRA en Jerez el contacto ha sido continuo. Todo estaba pendiente de una reunión entre estas partes. Todos tenían el informe de primera mano, con todos me había reunido. Sin embargo, este año estamos de campaña electoral y no haciendo política (entre otras, de vivienda). Actualmente, ninguno de esos puestos cuenta con los mismos titulares con los que me reuní. Es tan agotador. Todo lo anterior vuelve a no servir para nada. Y ya van diez años... Aún así, vuelvo a respirar hondo, a presentar el problema a la también nueva secretaria del Delegado Provincial de Vivienda y a solicitar una entrevista con éste. De esto hace ya algunas semanas. Hace unos días tuve conocimiento de que el Delegado visita Jerez hoy mismo y solicité de nuevo encontrarme con él aprovechando su estancia aquí. La respuesta, la misma que siempre. Silencio, se rueda. El espectáculo político ha comenzado, las cámaras salen a grabar y tú y yo tan sólo somos espectadores de lujo.

La semana que viene os hablo de las novedades laborales y de las medidas que estoy considerando tomar. No me queda otra que arriesgar, pues no arriesgar es perder.

miércoles, 18 de febrero de 2015

18.02.2015

A veces hacen falta detalles, por muy pequeños que sean, que te recuerden. Pequeñas señales que te hagan saber que no estás enfermando mentalmente, que no te inventas otra realidad o que simplemente no aceptas la que te ha tocado vivir. Porque seamos sinceros: vaya mierda de vida la que hemos construido. La que no trabaja, porque no tiene trabajo (o mejor dicho, porque no tiene unos ingresos mínimos que le permita vivir), y el que trabaja, porque lo hace explotado. Hace ya algunos años escribía lo que pensaba que iba a ser el comienzo de mi primera novela (y quizás única), e invitaba a pensar sobre la calidad de nuestras vidas. Y es que no podemos negarlo: si algo caracteriza nuestras vidas es la explotación. ¿Qué pasó con aquella novela? Pues me pareció tan buen comienzo aquél, que dejé de escribir. No podía continuar con la exigencia de su nivel. En algún lugar del disco duro, al igual que en algún lugar de mi memoria, supongo que se esconderá. El tono, he de decir, no tenía nada que ver con este cansino y agotado que me caracteriza en la actualidad y que se impregna en estas líneas.

Todo esto, sin embargo, no es incompatible con algo parecido a aquello que el ser humano occidental ha llamado felicidad y que muy bien nadie ha sabido qué es y, sin embargo, muchas han discutido sobre ella. Me encuentro en el lado de la contienda en el que quería estar y eso ya es mucho. Ahora sólo toca pelear. Lo triste sería encontrarte del lado de la contienda que no querías. Hace un rato hablaba precisamente con un compañero de trabajo sobre el acomodamiento de nuestra especie y como animal político que somos, posiblemente nos haga falta saber que la política, para nuestra clase, no es otra cosa que el contínuo enfrentamiento contra el Poder. El Poder siempre ha estado contra el Pueblo. Se nos llena la boca alabando el origen de la democracia en la Antigua Grecia, sin recordar que, para aquella sociedad, la mayoría de nosotras no seríamos sino esclavas, y no tendríamos derecho alguno. Sin embargo, el Pueblo sí que tiene poder, aunque no sea con mayúscula. Es el poder del contrapoder. El poder del poder hacer. El poder del poder discutir. El poder del poder enfrentar. El poder del poder crear. El Poder sólo tiene el poder de obligar. Nosotras tenemos el resto de poderes, el de negarnos.

Retomando aquello del pequeño detalle con el que comenzaba esta nota a pie de página, hace un par de días un compañero de trabajo hacía referencia a su estado con un término (he aquí el pequeño detalle) que es exactamente el mismo con el que yo me refiero al mío: jet lag. Entonces, ¿no soy yo el que está enfermo por pensar que vive en un continuo jet lag? ¿Quizás sea la vida la que está enferma? Posiblemente, ni mi compañero ni yo hayamos viajado lo suficientemente lejos para vivir eso del jet lag al que hacemos referencia, sin embargo ambos estamos de acuerdo, sin haberlo tratado en ningún momento, de que tenemos esa enfermedad. Es duro no saber si estás enfermo, no tenerlo claro en ningún segundo del día.

Ayer por la mañana volví a dirigirme a la oficina de AVRA en mi ciudad. Hace ya algunos meses que a la izquierda de esas maravillosas puertas automatizadas que siempre andamos hacia ellas, convencidas de que se abrirá en cuanto sea necesario que se abra, ni antes ni después, se sitúa una de estas máquinas expendedoras de tickets de turno. Un ordenador que muy inteligente no es que sea. Son varias las opciones que te ofrece, cinco creo recordar, y varias hacen referencia a distintos tipos de pago que supongo que se hacen a la empresa. Sin embargo, cual es mi sorpresa cuando compruebo que ninguna de las opciones hace referencia a nada que tenga que ver con rehabilitación. AVRA: Agencia de Vivienda y REHABILITACIÓN de Andalucía. Unos pasos más adelante, a la derecha del mostrador y como formando parte de éste, un plano del área concertada de rehabilitación del centro histórico me mira fijamente, como queríéndome decir algo. Nunca he logrado entender muy bien qué es lo que me quiere decir, pero me mira con tristeza. La sensación es totalmente la contraria a aquel cuadro de Dorián Grey. No sé de qué extraña manera, el callejero envejece, se apaga...

Hace algunos días pensaba que estas semanas se presenta una buena ocasión para denunciar el abandono que sufre este centro histórico que parece estar saliendo de un conflicto bélico. Nuestra ciudad presume de Festival de Flamenco, olvidando lo que esta expresión artística le debe a las casas de vecinos, a los corrales de vecinas, a sus calles y plazas, como tantos otros conocimientos que se han mantenido a lo largo de los años gracias a esos modelos de ciudad que parecen estar en vías de extinción y a la transmisión oral de saberes propia de otras épocas. Quizá sea necesario advertir al turista del peligro que corre al pasear por estas calles en las que antes respiraría el olor del vinagre y del vino, saborearía el golpeteo de los nudillos contra la madera, escucharía flamenco por las esquinas y sabría lo que es un buen potaje o unas tagarninas. Ahora puede comer tranquilamente igual que en cualquier otra ciudad. Bienvenidos al mundo globalizado, en el que en Jerez es más fácil encontrar pulpo a la gallega que sopa de tomate.

En las calles estrechas de ese antiguo Jerez es fácil encontrarse con señales de tráfico que otorgan la prioridad a los peatones, ante la imposibilidad de que la calzada sea ocupada a la vez, debido a su estrechez, por vehículos a motor y peatones. Señales acompañadas de otras de límitación de velocidad a 10 o 20 km/h. Propongo a nuestro Ayuntamiento que instale nuevas señales, como aquellas que ocupan el arcén en las carreteras de montaña, de las que advierten del peligro de desprendimiento de piedras. En este caso el desprendimiento puede ser parcial o completo de esas antiguas casas o corrales en los que el flamenco se ha hecho adulto hasta no hace mucho.

Y con esta idea en la cabeza, pocos días después descrubí un blog (La ciudad viva) cuyo artículo que me llevó hasta él me pareció interesante, pues no sólo denunciaba ciertas políticas territoriales, sino que estas denuncias provenían del cabreo generalizado de los vecinos y las vecinas y las acciones que llevaban a cabo. Estas acciones que recuerdan a las del tipo que hacían colectivos como Fiambrera Obrera o Yo Mango, advertían no sólo de un daño físico a uno de los elementos que componen nuestra vida (la vivienda y la calle), sino de las enormes desigualdades que componen toda esta red, todo este entramado que es el Capitalismo y que en el urbanismo encuentra uno de sus últimos objetos de explotación. La ciudad como último producto del Capital, siempre ligado de manera inmanente a la desigualdad. Me pareció un blog interesante. El cursor, por la necesidad de estos nuevos medios, tenía que seguir bajando, nunca saliendo del límite de la pantalla. Ésta se iba casi de manera mágica trasladando como si fuera un trozo de papel liado, como un papiro (¿dónde van esos trozos de pantalla que van desapareciendo de la vista?). Y cuando el papiro llega a su fin por su parte inferior... ¡Oh! Junta de Andalucía. Consejería de Fomento y Vivienda. Lo primero que pensé es que se trataba de una acción poética más del tipo de las que llenaban el blog. Pero no. La broma se tornaba en broma de mal gusto y sólo con recordarlo, la impotencia y las ganas de llorar me invaden de una manera ya alarmante. El corazón respira cada vez más deprisa, muy deprisa. Y no respeta límites de velocidad.

martes, 11 de noviembre de 2014

11.11.2014

Tengo que eliminar de mi cabeza ese " Quien eres ?". Tengo que eliminarlo. Todo pende de un hilo y éste cada vez es más tenso.

En estos días, el Defensor del Pueblo Andaluz se ha vuelto a poner en contacto conmigo para decirme que contra Unicaja no puede hacer nada al estar el proceso en manos de la Justicia (Justicia era el nombre, ¿no¿). Y en lo que respecta a EPSA-AVRA mediará para que tengan un encuentro conmigo desde la dirección de esta empresa. Es triste tener que recurrir a una figura mediadora para que simplemente contesten. Han pasado más de tres años desde la primera solicitud que he encontrado que se mandara a esta empresa con dicho fin, han sido varias las solicitudes hechas, varios los medios utilizados (mail, registro de entrada en su oficina) y no es que haya tenido una respuesta negativa. Es que no se han dignado a responder. Tal como digo en el último escrito entregado a EPSA-AVRA a día de ayer, me parece no sólo una falta de profesionalidad, sino también, y sobre todo, una falta de respeto personal. Parafraseando a Miguel Hernández "es tal el odio y la rabia que se agrupa en mi costado...". Espero que no se me vaya la cabeza en ningún momento, que sepa mantener la calma, pero os aseguro que es muy complicado no tener sueños de estos húmedos... humedecidos por la sangre. En fin, que es muy difícil seguir con el tono de humor y sátira que he llevado en algún otro post, cuando tienes la sensación de que se están cachondeando de ti y que lo que está en juego es tu vida. Jugar a la ruleta rusa con la cabeza de otro siempre es gracioso sólo para una mitad de los/as jugadores/as.

Os dejo el último escrito presentado ayer a EPSA-AVRA:

Jerez de la Frontera a 10 de noviembre de 2014

Mediante el presente escrito me gustaría solicitar a AVRA estudie la siguiente solicitud:

con los siguientes ANTECEDENTES,

tras varios años de conversaciones infructíferas con su oficina de EPSA-Jerez (pueden consultar la memoria de lo ocurrido durante esos primeros años de relación con su empresa desde 2005 a 2009 en el expediente que disponen en esta misma oficina), el 10 de febrero de 2009 se nos hace entrega del Acta de Compromisos para la rehabilitación de nuestra vivienda, al amparo del Programa de Transformación de Infravivienda convenidas del art. 77 del Plan Concertado 2008-2012 (JEREZ/INF/2008/0008) y el 16 de junio del mismo año de la resolución de 18 de mayo de 2009 de la Delegada Provincial de Vivienda y ordenación del territorio de concesión de la ayuda de Transformación de Infravivienda en C/ San Antón nº 5 Expediente (JEREZ/INF/2008/008).

Tras la firma y entrega de este convenio, en el año 2010 la casa tuvo que ser desalojada por consejo de los propios técnicos de EPSA (con fecha 28-04-2010 se hace entrega de un escrito en su oficina que así lo transmitía). Meses antes, con fecha 30-12-2009 hicimos entrega de otro escrito acompañado de fotografías, que advertía de este peligro. Este escrito fue presentado durante varios días consecutivos y en él también poníamos en conocimiento de su empresa el desgaste emocional, psicológico y físico que suponía todo esto (y estamos hablando de hace 4 años en los que no se ha avanzado absolutamente nada y se ha retrasado todo mucho más).

Del mismo modo, entre las copias de documentos entregados en esta oficina, cuento con solicitudes de reunión con el/la Delegado/a Provincial de Vivienda de Cádiz y con la Dirección del Área de Rehabilitación de EPSA desde el año 2011, concretamente desde el 25 de enero de ese año con el Delegado Provincial de Vivienda y desde el 30 de marzo del mismo con la Dirección de EPSA en Andalucía. Tres años después, y con alguna solicitud más de por medio, el pasado mes de mayo tuve la suerte de entrevistarme con el señor Manuel Cárdenas, cuyo interés mostrado fue satisfactorio para ambas partes, pero cuyos resultados siguen siendo los mismos: ninguno. Sin embargo, en lo que respecta a las solicitudes de encuentro con la Dirección del Área de Rehabilitación de EPSA en Andalucía, han sido también varias las solicitudes entregadas desde esos comienzos de 2011 y no he obtenido respuesta alguna, siendo además varios los caminos empleados (entregas con registro de entrada en la oficina de la actual AVRA en Jerez, correo electrónico a la secretaría de la dirección de AVRA, cuyo titular en la última solicitud era Fernando Herrera). Sinceramente esto me parece ya no sólo una falta de profesionalidad por parte de su empresa, sino, además y ante todo, una falta de respeto hacia mi persona. Espero sepan comprender que llega un momento en el que el nivel de desesperación, impotencia y rabia es tal que llegas a temer incluso por tu salud, pues una gestión “normal” de esta situación lleva inevitablemente a episodios de ansiedad, estrés o depresión.

y teniendo en cuenta la siguiente SITUACIÓN ACTUAL:

Toda esta situación es insostenible y así lo ha sido ya para dos terceras partes. Además de la problemática de la rehabilitación de la vivienda de Calle San Antón, número cinco de Jerez de la Frontera, hemos de añadir que esta casa cuenta con un préstamo hipotecario, cuya cuota mensual es de 699,92 euros, a lo que hay que sumar una mensualidad de IBI de 73,87 euros. Todo esto debe ser contextualizado y el desempleo no nos es ajeno. De los tres propietarios de la casa, dos de ellos desde hace muchos meses no tienen unos ingresos económicos que les permitan hacer frente a los gastos de la casa, una casa en la que recordemos no pueden vivir ya que cuenta con una orden de desalojo y de apuntalamiento. Además, un problema de tal envergadura es difícil de gestionar entre tres personas y las diferencias (económicas y de puntos de vista), han provocado que lleguemos a unos acuerdos de uso y disfrute de la vivienda, y del pago de la misma. En resumen, actualmente dos personas no pueden hacer frente a la situación, y sólo, yo, José Luis Fuentes Benítez, me hago cargo del pago de 773,79 euros por una casa en la que no puedo vivir. Por último, hay que añadir que con Unicaja, con quienes tenemos el préstamo hipotecario, tenemos otro conflicto, éste ya en manos de la justicia, por la famosa “Cláusula Suelo”. Si no contásemos con dicha cláusula, el pago de la mensualidad en lugar de 699,92 euros debería rondar los 400 euros. Una sentencia del Juzgado Mercantil número 2 de Málaga nos dio la razón y condenó a Unicaja a eliminar dicha cláusula y a devolvernos las cantidades cobradas de más durante todos estos años. Esta sentencia es de julio de 2013 y a día de hoy, con el recurso interpuesto por Unicaja, seguimos pagando los 699,92 euros y Unicaja no nos ha devuelto ni un solo céntimo.

Como comprenderán, tal como empecé este epígrafe: TODA ESTA SITUACIÓN ES INSOSTENIBLE. ¿ESPERAMOS A QUE REVIENTE O PONEMOS SOLUCIONES ANTES?

Nosotros sí que hemos tenido en cuenta la situación actual de las administraciones públicas y, por ello, decidimos renunciar a un 80% de lo acordado en el convenio anteriormente citado. Esto significa que en lugar de rehabilitar cinco apartamentos, rehabilitaríamos sólo uno de ellos, y se rebajaría la cuantía de la subvención concedida en ese 80% al que hacía referencia. El resto de la casa cuenta con un proyecto de rehabilitación como Casa Cultural integrada en la vida del Barrio de San Miguel, en un intento de colaborar en la rehabilitación y revitalización del mismo, que ya fue presentado en las Oficinas de EPSA-AVRA Jerez y a Manuel Cárdenas en la reunión mantenida el pasado mes de mayo.

por todo ello, SOLICITO:

- reunión con la Dirección de EPSA-AVRA en su Área de Rehabilitación para tratar la posibilidad de acordar este nuevo proyecto que pienso que sería beneficioso para ambas partes

- aceptación y firma de este nuevo acuerdo o, en su defecto, el cumplimiento del acuerdo ya alcanzado.

- permiso para comenzar con la parte del acuerdo que yo puedo asumir. En la actualidad cuento con la posibilidad de invertir una cuantía para detener el deterioro de la estructura de la finca. Solicito que una vez firmado el nuevo acuerdo se me permita empezar desde ese momento como parte de la obra ya acordada. Si no hay firma de nuevo acuerdo, solicito poder empezar la rehabilitación de la casa y que se tengan en cuenta estas obras como parte del convenio firmado en 2009. Para ello, además, necesito el proyecto de obra para poder solicitar los permisos de obras pertinentes y dar de alta luz y agua.

Entendiendo todo esto como el trabajo de un hospital, no se puede hacer un solo protocolo de actuación y suministrar los mismos medicamentos a quien llega con dolor de cabeza, a quien llega con un infarto, a quien llega con un corte en un dedo, a quien ya no se puede hacer nada por su vida o a quien si se actúa con rapidez se le puede salvar la vida.


En Jerez de la Frontera a 10 de noviembre de 2014

José Luis Fuentes Benítez

lunes, 3 de noviembre de 2014

03.11.2014

Como podéis ver, amigos y amigas, esto va decayendo. No es algo coyuntural. Hace ya bastantes años que esta situación responde a la continua sin respuesta y al continuo cambio en el estado de ánimo que esto provoca. Hay días que te levantas animado y comienzas a trabajar. Hay días, demasiados ya, en los que no ves resultado alguno, miras a tu alrededor y te intuyes, porque ni siquiera estás ya seguro de tu existencia, solo luchando contra no sabes qué. Hay días en los que coges el pico y empiezas a picar paredes. Hay días en los que coges el cepillo y la pala y comienzas a limpiar para tener otras sensaciones. Hay días en los que simplemente vas a oler. Hay días en los que vas a empaparte de historias. Te dejas caer en algúna esquina que no comtemple la posibilidad de decaer contigo y dejas que los rincones te cuenten historias. Historias de ayer, siempre de ayer. Y hay días en los que tienes la sensación de que simplemente has ido a hacer el levantamiento de un cadáver. Firmas y te vas.

Sin embargo, hay una diferencia fundamental entre los días que soy y los que intuyo ser. Los días que sé que soy, soy consciente. Soy consciente de que si algo estoy aprendiendo con todo esto es a ser fuerte. Soy consciente de que a fuerza no me gana ni este maldito dios. Soy consciente de que jamás agacharé la cabeza. Soy consciente. Los días que intuyo, soy duda. Dudo de mis fuerzas. Dudo de los resultados. Dudo de si realmente he aprendido algo con todo esto. Dudo de las reglas del juego. Dudo del juego. Dudo del paso de los días. Dudo de la pisada. Dudo del agua puesta al fuego para hervir. Dudo. Seguidamente, me hago consciente de que la duda es lo que me ha permitido siempre seguir. La duda me ha hecho siempre más fuerte. Quizá el problema del mundo está en que no dudamos. No queremos dudar. Nos da miedo dudar. Dudo. Crezco. Me hago más fuerte. Más y más fuerte. Ahora tengo la sensación de que en un combate contra Mike Tyson, yo le mordería la oreja. Se la arrancaría y la escupiría al fondo de ese vaso con whisky que dos ángeles que descendieron a los infiernos me dejaron en su día sobre la mesa.

En fin. Que respiro flojito, pero para poder soplar fuerte.

Estos días atrás le he mandado la documentación correspondiente a Unicaja y EPSA-AVRA a la Oficina del Defensor del Pueblo Andaluz. En estos días prepararé la documentación para el Banco de España. Parece una tontería, pero los sinvergüenzas estos se guían mucho por las estadísticas, por el número de reclamaciones interpuestas.



A este ir y venir de ánimos hay que añadir que, tal como en alguna otra entrada comenté, no podemos dejar de reinventarnos. El Corral de San Antón cuenta actualmente con un proyecto de rehabilitación, como bien sabéis, como Casa Cultural que ocuparía el 80% del total de la casa. Para la rehabilitación de ese espacio cultural estamos trabajando en la I Exposición Nómada de Arte de Jerez. En el siguiente enlace os dejo toda la información: http://artenomadajerez.blogspot.com.es/

Sin más,

Sin noticias de Gurb
Esperando a Godot. 


martes, 21 de octubre de 2014

21.10.2014

Apenas sobrepasan las siete de la mañana y, tras el turno de noche, me dispongo a descansar durante las breves horas que la especie de jet lag continuo este en el que vivo me permite. Hoy, sin embargo, puedo deciros, amigas y amigos, que me voy a la cama con una gran sonrisa en los labios. La sonrisa de la satisfacción por el trabajo bien hecho, por sentirme completamente realizado, pleno. Todo un orgullo.

Ayer recibí una comunicación por parte de Unicaja respecto a la reclamación que les puse por no ejecutar una sentencia que el Juzgado Mercantil número dos de Málaga dictaminó a nuestro favor y que ellos recurrieron. En su respuesta, Unicaja me informa que ni el Banco de España ni la justicia dicen que estas cláusulas sean ilegales o abusivas, y que por tanto no va a dejar de cobrarme la famosa cláusula. Eso sí, estudiarán mi caso más detenidamente y harán todo lo posible para tener en cuenta mi reclamación y mejorar la atención al cliente de la empresa, con lo que me agradecen que me haya dirigido a Atención al Cliente, para poder mejorar día tras día.

¡Buah! ¡No quepo en mi! Por fin alguien me hace caso. Me van a tener en cuenta para mejorar la atención que dan a sus clientes en una empresa con una labor social inmensa, con los bancos de alimentos de su obra social y todo, con una fundación que trabaja la cultura de una manera encomiable. ¡Buff! ¡No me lo creo! Ya me veo dentro de unos meses entrando en las oficinas de Unicaja y sus trabajadores y trabajadoras me mirarán con deseo, con mucho deseo, y dirán: “mira, ése es el chico que puso una reclamación en la oficina de la calle Albarracín, lo llamaron, le preguntaron si era cierto aquello que contaba, qué sentido tenía aquella queja que le hacía ir hasta allí. Él, sin llegar a pensar en Relatos Salvajes, siguió adelante y consiguió que leyeran aquella reclamación detenidamente, llegaron a entenderla y, desde entonces, todo cambió. Me muero de ganas por conocerlo”. Estoy realmente en una nube. Es más, sé a qué huelen las nubes. Y os puedo decir que huelen a mierda. Pero no a una mierda cualquiera. No, no. A mierda podrida, como si el mundo andase con el cuerpo algo descompuesto. Eso sí, Unicaja me ha perfumado mis días. Ya si me devolviese los más de nueve mil euros que me ha cobrado de más y dejase de cobrarme los cerca de trescientos euros también de más que me sigue cobrando todos los meses, iría hasta con una camiseta de Obra Social de Unicaja a pedir comida a las puertas de los grandes almacenes para dársela a aquellas personas que echaron de sus casas, duermen en la calle y van a comedores sociales. Y todo por que no supieron poner una reclamación tan bien redactada como la mía. Si es que...

Aunque bueno, tal vez pida a Unicaja que se quede con ese dinero y a cambio ponga en todas sus oficinas, e incluso en internet, ¡no lo descarten!, una foto mía, con una gorrita con la visera hacia el lado derecho, en la que salga bien reflejada mi sonrisa, y un letrero que ponga bajo la misma: “Cliente del mes de octubre de dos mil catorce”.

Realizado, orgulloso y feliz, me voy a dormir.

* Nota aclaratoria para Unicaja: léase con tono irónico. Ya han demostrado su incapacidad, no vaya a ser que ahora me lean mal el diario-blog y me lo estropeen, que no son ustedes intelectuales.

lunes, 20 de octubre de 2014

20.10.2014 – Sobre clases sociales y solidaridad, lujos y necesidades.

Como podéis imaginar, tantos días sin aparecer por aquí no son sinónimo de avances, sino más bien la traducción del cansancio, el agotamiento hecho silencio. Y en silencio se inspira hondo, se coge aire, y a seguir.

Sin noticias de Gurb. Esperando a Godot.

Sin embargo, esta nueva aparición fantasmagórica que viene a ser la que se esconde tras el mundo virtual (o mundos virtuales), no se debe a novedades en los procesos, sino más bien a reflexiones entorno a éstos. Quizá daría para profundizar mucho más lo hasta aquí ya escrito, y podríamos hacer un ejercicio de traslación del Mito de la Caverna de Platón al Mito de Internet: Mundo de las Ideas, sombras, luces, ilustrados, mundos reales, mundos ficticios, conocimiento, verdad... No estaría mal hacer este ejercicio de cómo enfrentar mundos, pero no será así, y esto sólo nos servirá para volver nuestra mirada hacia ese famoso siglo IV a.n.e. e introducirnos, de este modo, en el tema que hoy nos va a ocupar: la naturaleza del ser humano.

Cuando empezamos a coquetear con la Filosofía, el primer contacto que tenemos con el ser humano consiste en dividir su naturaleza en una dualidad que marcará el devenir del conocimiento occidental durante siglos. Hablamos, claro está, de la división entre cuerpo y alma. Esta división, además de marcar una jerarquía dentro del ser humano, con una naturaleza de “clase superior” frente a la corporeidad que responde a lo justo para poder seguir manteniendo la respiración, hace que veamos al ser humano desde la individualidad. De este modo, el cuerpo aparece como la materialización que posibilita la existencia de la res cogitans, trasladándonos ya a conceptos cartesianos. Pero ¿qué ocurre si dejamos de ver al ser humano como individuo? Como nos señala Judith Butler en Repensar la vulnerabilidad y la resistencia “si aceptamos que parte de lo que es un cuerpo (y esto es por el momento una declaración ontológica) es su dependencia de otros cuerpos y redes de apoyo, entonces estamos sugiriendo que no es del todo correcto concebir los cuerpos individuales como algo completamente distinto unos de otros. Por supuesto, tampoco es que estén fusionados en una especie de cuerpo social amorfo, pero si no podemos conceptualizar fácilmente el significado político del cuerpo humano sin entender esas relaciones en las que vive y se desarrolla, no conseguimos el mejor escenario posible para los diversos fines políticos que buscamos alcanzar”. Por tanto, vamos a pensar en el ser humano tal como nos invita Judith Butler.

Si ya hemos dicho que el ser humano se ha pensado desde lo individual como un ser dividido en cuerpo y alma, con una estructura claramente jerarquizada en todas sus vertientes (las dos alegorías más conocidas -la del carro alado y la ya citada de la caverna- así lo demuestran), la consecuencia de trasladar nuestro pensamiento al ser humano como cuerpo social es la de trasladar también esta estructura jerarquizada a este cuerpo social. De este modo, nos encontramos con un camino trazado único y verdadero que limita, coarta y ejerce represión sobre la naturaleza del ser humano. Así, debemos preguntarnos: ¿hay clases de seres humanos de naturaleza superior que responden a la res cogitans y clases de seres humanos que materializan la posibilidad de existencia de las primeras? ¿Unos respiran y otros dictan cómo deben hacerlo? Parece que la historia occidental ha dictaminado así. Sin embargo, dejemos espacio a la crítica.

Si bien no pienso que debamos dividir la naturaleza del ser humano en dos partes diferenciadas, esto no es sinónimo de un monismo materialista, y menos aún de un monismo espiritualista. La supervivencia del ser humano no se basa única y exclusivamente en saciar sus necesidades corporales-biológicas, sino también de alimentar esa otra parte suya de la cual no encontramos materialización. De esta manera, hace ya unos años que concluí que uno de los mayores crímenes cometidos contra la humanidad es la castración de sus capacidades imaginativas y creativas. Hace ya también algunos años que me encontré en un debate discutiendo sobre la preparación de la generación a la que pertenezco, y dudo mucho de que nos encontremos ante la generación más preparada de la historia. Sencillamente pienso que estamos ante la generación más academizada, especializada y atomizada de la historia; mas, ante una generación sin capacidad de resolución ante el vacío absoluto ante el que se encuentra, una generación sin imaginación, sin creatividad, una generación que busca respuestas sin discutir las preguntas. Esta generación se enfrentaba en verano a los Cuadernos Rubio, a las Vacaciones Santillana, pero nunca se enfrentó a un cuaderno de tareas en blanco en el que tenía que crear. Ante ese lienzo nos encontramos hoy día, y en lugar de crear, aún esperamos a que alguien venga a ponernos en él la suma que tenemos que resolver. Y si no, a devolver el cuaderno de tareas porque ha habido un error de impresión.

Por tanto, estamos hablando de una parte del ser humano que, volviendo a los conceptos de la teoría dualista, pertenecería a su res cogitans, a la parte “noble” del mismo, y tan necesaria para éste como individuo y, por supuesto, como cuerpo social. Sin embargo, esta historia de la especialización ha provocado que a penas nadie utilice las herramientas que dispone para trabajar esa parte de su naturaleza. Quizá sea porque la caja de herramientas en la que éstas se encuentran está con el candado bien cerrado. ¿Qué hubiese pasado si las teorías platónicas no hubiesen ido por estos derroteros? Pues simplemente que Aristocles (nombre verdadero de Platón) no hubiese existido para nosotras y la Historia hubiese inventado otro Platón portador del mismo candado. Por otro lado, no ridiculicemos los argumentos y hagamos demagogia, diciendo que no todo el mundo puede ser artista al igual que no todo el mundo puede ser médico. No estamos tratando este problema, estamos tratando el problema de las necesidades innatas a la naturaleza del ser humano, y el trabajo de sus capacidades creativas e imaginativas es una de ésas. Por ejemplo, reconocemos que todo ser humano tiene la necesidad de alimentarse, sin embargo no toda persona que come es cocinera profesional o crudívora. Cuando alguien tiene hambre y tiene las herramientas para cocinar, no hay que exigirle que vaya a comer a un restaurante porque el cocinero que allí prepara la comida es un profesional de la misma. Así, al igual que cocinar y comer, crear y recrearse forman parte de nuestra naturaleza y, por tanto, de nuestras necesidades. Por tanto, hay personas para las que la cocina es un juego (entendido a la manera de la estética filosófica), una investigación científica, digna de valorar, claro está, o un lujo; sin embargo, para la gran mayoría de las personas, la cocina es una necesidad, la necesidad de alimentar su res extensa. Y en el juego artístico digno es de valorar el trabajo de las personas que se dedican profesionalmente a ello, pero dejemos que todo ser pueda tener acceso a las herramientas de su res cogitans. Lo demás es seguir decretando que haya un cuerpo social de naturaleza superior y otro cuerpo social totalmente separado que se encarga de mantener vivo al primero para que pueda realizarse en plenitud.

Todo esto me llevó a pensar en algunas diferencias entre solidaridad o apoyo mutuo y limosna. A quien tiene hambre no le debemos dar un plato de comida para el día de hoy, sino que debemos devolverle las llaves del candado de su caja de herramientas. La solidaridad no consiste en facilitar ese plato de comida, sino luchar por la eliminación de las desigualdades que provocan que esas personas tengan negadas sus necesidades. No es darle lo que nos sobra. Sin embargo, hay cierta clase de personas que se creen las únicas con derecho a poseer la res cogitans, por los motivos que sean, portadoras de antorchas que quieren sacar de las penumbras de la cueva a las clases inferiores, pero siempre desde la limosna, siempre con las sobras de nuestro tiempo, de nuestro trabajo, de nuestras saciedades. Y por muy noble que parezca este fin, no hay nada de noble en él. En primer lugar seguimos apostando por unas formas de hacer las cosas que en nada cambian de las formas de hacer que fortalecen estas desigualdades entre res cogitans y res extensa, entre especialistas y pacientes, entre artistas y espectadores, entre ricos y pobres, entre poderosos y desposeídos. Por lo tanto, estas desigualdades siguen fortaleciéndose con distintas máscaras. Y con el único fin de que una clase pueda seguir respirando para que la otra siga recreándose. Y hemos de reconocer que estamos ante un momento en el que la necesidad de comer y la necesidad de reinventarnos deben ser tratadas como tal, como necesidades.

La última reflexión por hoy tiene que ver con una vuelta a lo individual y lo colectivo. Tal como apuntábamos en estas últimas líneas, si realmente queremos cambiar algo, no son las metas las únicas que deben varias. Tan importante como los objetivos, o más, son los caminos para llegar a ellos. Si queremos cambiar realmente algo, tenemos que cambiar las formas de trabajar, empezar a trabajar desde lo colectivo. Hace muchos años que Lyotard decretó el final de la Historia, el fin de los discursos, de los grandes relatos, y, por tanto, tenemos que dejar de querer ser héroes que pasen a una historia ya acabada. No estamos aquí para salvar a nadie, estamos para salvarnos, y si plural es el objetivo, plural debe ser el camino. Con esto, de manera resumida, lo que quiero decir no es que tengamos que trabajar para salvar al común de la especie, sino que tenemos que volver nuestra mirada hacia el contexto. Hace poco me encontré con un argumento que venía a decir que si no consigo un beneficio personal (entiéndase económico o de reconocimiento y proyección profesional) no colaboro con nadie. Lo que se esconde en el trasfondo de esto es que el bien común no se considera como un bien particular, que también lo es. Pongamos el caso concreto del contexto cultural de Jerez: el contexto nos hace a nosotras, pero nosotros también hacemos el contexto. Nadie nos va a solucionar nada, se acabó el llamar a puertas. La solución: trabajar por cambiar el contexto. Y si el contexto cambia, se beneficia el común y nuestra cotidianidad será mucho más generosa con nosotros (también individualmente). Debemos cambiar la idea romántica que tenemos de coger las riendas de nuestras vidas, que se ha convertido en mi objetivo principal (personal, político y social). Coger las riendas de nuestras vidas es ante todo un acto de responsabilidad, un trabajo duro y de compromiso, conmigo y con las demás. Colaborar en cambiar el contexto nuestro no es algo algo egoísta, pero tampoco es altruista. Cambiar nuestra cotidianidad es cambiar nuestro día a día y el de quienes nos rodean. Cambiar el cómo nos relacionamos física, emocional, política, social y estéticamente con nuestro entorno. Colaborar en eso, no es colaborar con “otros”, es la única manera de que esto cambie, haciendo entre todas el camino para que las metas también sean de todas. Y finalmente, he visto muchos puntos de unión en que quienes rechazan el argumento del camino común y del bien común, son los mismos que entienden la solidaridad como limosna y no como apoyo mutuo. Y limosnas no queremos más.

miércoles, 8 de octubre de 2014

08.10.2014 - En estos días...

El pasado domingo, como muchas y muchos sabéis, Diario de un intento ocupó la portada de La Voz del Sur: http://lavozdelsur.es/el-corral-de-san-anton-el-sueno-de-un-barrio/. Fueron dos horas de conversación en las que siempre te quedas con la sensación de que se te quedan muchas cosas por decir, que ese día no estás fresco, lúcido. Posteriormente, reducir esa conversación a un artículo y un vídeo de un par de minutos, pues, inevitablemente, continúan las pérdidas. Agradecido a Jorge y Juan Carlos por su trabajo y, sobre todo, a Emilia y Juan, por enseñarnos a vivir con tanta generosidad sin ni siquiera ser conscientes de ello. Otro día volveré a retomar la entrevista, pues me he quedado con ganas de explicar por qué no nos gusta la ciudad que estamos heredando, advertir sobre los peligros del turismo, o hacer un análisis filosófico-político de la gestión urbanística de las ciudades. Intentaré hacer un vídeo al respecto, mucho más llevadero, de ahí que os pida un pequeño espacio de tiempo.

Volviendo a retomar Diario de un intento, la semana pasada acudimos a las oficinas de Unicaja para presentar varias reclamaciones. La primera de ella, la más importante, es que ejecuten de una vez (me callo lo que se me viene a la cabeza al juntar en una misma frase "ejecutar" y "Unicaja") la eliminación de la cláusula suelo y la devolución de las cantidades cobradas de más hasta la fecha, que ascienden, no lo olvidemos, a una cuantía de alrededor de los 9000 euros. Además, dimos de baja al seguro de vida que nos obligaron a hacer con su misma compañía de seguros y reclamamos la devolución de las comisiones que nos están cobrando sin deber hacerlo, pues la cuenta es exclusiva del préstamo hipotecario. La misma directora de la oficina así nos lo reconoce, pero qué cosas que se cumpli siempre, pero siempre, eso de que sólo se equivocan cuando el equívoco es beneficioso para ellos. Qué cosas...

Pues unos días después de nuestra visita a las fabulosas oficinas de Unicaja, recibo una llamada.

- José Luis Fuentes

- Sí

- Le llamamos desde Unicaja porque tal y cual. Usted dice que tiene una sentencia judicial a su favor en un proceso abierto contra Unicaja, ¿es eso cierto?

Vamos a ver, desgraciado (al final, sin quererlo, me estoy viendo forzado poquito a poco a cambiar la literatura de siglo XX de Darío Fo o de Eduardo Mendoza, por la contemporánea de Palahniuk u Houellebecq), pregúntale a tu mierda de empresa, y no me llames a mi, con el cabreo que tengo encima, para preguntarme si os estoy mintiendo. Otro dicho que vuelve a aparecer aquí: "cree el ladrón que todos son de su condición".  Les pongo una reclamación en la que solicitamos que hagan efectiva una resolución de un juzgado que nos da la razón frente a su empresa ¡y me llama para preguntarme si eso es cierto! No daba crédito, jejeje, qué cosas tiene el lenguaje...

Siguiente pregunta de mi nuevo amigo: "y si tiene una sentencia judicial a su favor qué sentido tiene esta reclamación". Uuuuff. Mi respuesta más sincera hubiese sido colgar el teléfono, recorrer los diez kilómentros aproximadamente que separaban nuestra conversación, y antes de que a él le hubiese dado tiempo de colgar el suyo tenerme frente a él con la hostia ya bien dada. Pero siempre digo que debemos saber conjugar tres aspectos de nuestras vidas: los deseos, las necesidades y las posibilidades. Así, no pude dejarme guiar sólo por los deseos y le hice algo más de caso a las necesidades y las posibilidades.

- Pues a ver, deje de pensar un poco como trabajador de banca y piense un poco como persona. ¿Me está preguntando en serio por el sentido de todo esto? Quizá debería ser yo quien preguntara eso. Me está preguntando por qué presento una reclamación cuando ya tengo una sentencia ganada. Pues quizá porque me deben 9000 euros, o quizá porque me siguen cobrando 300 euros de más todos los meses, o quizá porque no hacen ni puto caso a la decisión judicial, o quizá porque siguen alargando el proceso hasta que las personas ya no aguanten más y exploten. O quizá presento una reclamación por seguir haciendo caso a las necesidades y las posibilidades en lugar de al deseo. Y créame, en mi, los deseos pocas veces son positivos... no me siento atraído sexualmente por usted y mi deseo es tumbarlo con violencia sobre su mesa y que todos los papeles de mierda que tiene sobre ellatengamos que recogerlos tras consumar mi deseo. No, no. No se venga arriba.

Un beso cariño. Sigo esperándote, aunque las llaves de casa ya las he cambiado.

domingo, 28 de septiembre de 2014

28.09.2014 -Resumen semanal-

En pos de una estética más limpia, cuidada y aparentemente salubre, el blanco ocupó nuestras vidas. ¿Sabían que el azúcar blanco es blanco porque el blanco da una mayor sensación de pureza y salubridad? Bajabas la mirada triste, y en la mesa del desayuno, granos de azúcar blanco derramados alrededor del vaso de café (en extrañas ocasiones el vaso era taza). Subías la mirada soñadora y el blanco del "falso techo de escayola" dificultaba que algún infeccioso insecto cayera desde alguna viga de madera en aquel inmaculado azucarero, infectando así nuestros saludables sueños.

Quizá mis sueños no sean lo que se viene a decir sanos, quizá esté infectado por algún extraño virus maldito. Quizá éste no sea más que un sueño de malditos. Quizá no seamos más que malditos y nuestros sueños, nuestros sueños, ni siquiera sean sueños. Lo cierto es que en cuanto entré en mi casa, en mi recién estrenada casa, en el espacio que iba a ocupar lo que sería el apartamento que más adelante me acogería, lo primero que hice, pico en mano, fue hacer que el blanco de aquel "falso techo de escayola" pusiera los pies en el suelo y se dejara de tantos falsos sueños. Para soñar lo mejor es mirar los sueños a la cara, a los ojos, bajarlos al suelo, a nuestra altura y exigirles, gritarles, morderlos. Por aquel entonces, cuando subía dos peldaños de la escalera para buscar esos sueños más allá del blanco del “falso techo de escayola”, sin miedo a que la escalera hundiese el suelo que pisaba, decía “esto son dos semanas. En dos semanas la casa estará lista”. Esa frase, al principio con toques de humor familiar, me persiguió durante varios meses. Meses en los que seguía buscando los sueños por encima de los “falsos techos de escayola” y la realidad detrás de falsas esquinas, de falsos tabiques. “Intentamos tirar el muro. Olvidé decirte que no hay nada detrás”, Comando 9mm. Con lo que yo no contaba es que tras tirar un muro, siempre había una cuadrilla terminando de levantar el siguiente. Y esas dos semanas se convirtieron en un interminable “vuelva usted mañana”.

En estos días atrás he recibido varias comunicaciones. La semana la abrió una llamada de una televisión de ámbito estatal, un falso Godot que aparentemente lo ocupa todo. Un programa que ha recibido muchas llamadas denunciando a distintas administraciones autonómicas en lo que respecta a Vivienda, interesados en la historia de Diario de un intento, lo cual demuestra que este diario no es, como decíamos desde la primera entrada, una serie de anécdotas personales.

Un par de días después, la Oficina del Defensor del Pueblo Andaluz, se volvía a poner en contacto conmigo. Al ser varios los problemas con los que acudí a ésta, me pedía que estructurara mejor la petición de su intervención, dividiendo la denuncia por temas y administraciones y/o empresas afectadas, además de pedirme documentación al respecto. He decidido centrarme sólo en Unicaja y en EPSA-AVRA, pues son los asuntos más urgentes y necesarios. En lo que respecta a Sala Paúl, no se merecen ni el más mínimo esfuerzo por mi parte. Sigo esperando una mínima respuesta desde el pasado día 16 de septiembre, sumado a todos los antecedentes del mes de agosto ya de sobra conocidos. Ya no es por ser un espacio público, por pertenecer al Ayuntamiento o por desempeñar la labor que deberían desempeñar. No es falta de profesionalidad. Para mi ya es una cuestión personal, en la cual la falta es de vergüenza y educación. Cuando te cruzas con una persona y tras darle los buenos días dos días distintos nunca te los devuelve, al tercero ya no se intenta más. No creo que estemos exigiendo mucho. Hace ya algunas semanas que venía comentando con distintas personas cercanas la idea de organizar algo en dicho espacio. La respuesta de los interlocutores y las interlocutoras variaba en función de la relación que les une no al espacio, sino a las personas que allí trabajan. Para quien acude allí simplemente con la idea de que el espacio es público y, por tanto, su uso debe estar abierto y ser facilitado a todas y todos, aquéllo es imposible, una lucha infructuosa que desgasta y sólo te lleva a “pegarte chocazos contra la pared”. Sin embargo, hay quien se ha ofrecido a facilitarme la labor respecto a Sala Paúl. Con el paso de las semanas he descubierto que, claro, le une amistad con algún personal del espacio, lo cual facilita mucho. Lo increíble es que me siga sorprendiendo con estas cosas cuando somos totalmente conscientes de que “esto es así”.

Y, por último, la semana terminó con un nuevo contacto con AVRA-EPSA. En mis continuos cambios de pareceres, consecuencia inevitable de no saber por dónde llegar al lugar deseado, decidí volver a ser yo quien se acercará a la reticente amada. “Oye, cari, que sé que últimamente estamos muy tontos, que no nos hacemos mucho caso y que este cabreo tonto nos está separando. Pero que quiero que sepas que sigo aquí, por si me necesitas. :-)”. La amada vuelve a descolgar el teléfono y su voz resuelve melancolía y cansancio. Nuestra relación se ha convertido en una lucha agotadora para ambos. El silencio, las pausas, el tono. Todo es cansino. Todo se ralentiza. Mi amada vuelve a decirme que necesitamos un tiempo. A mí, el darnos un tiempo me aterroriza. Me tiembla la voz, las piernas. El estómago se me revuelve, se me quitan las ganas de comer, a duras penas bebo y a penas tengo fuerzas para mirar a algún lado. No puedo seguir así por mucho tiempo. “¿Qué significa darnos un tiempo? ¿Cuánto es eso? Se me está cayendo la casa encima. No puedo seguir así, cari”. “No sé, dos semanas como mucho. Espero...”. Y en esas estamos de nuevo. Esperando, siempre esperando. Hace tiempo escribí unas palabras para un proyecto que pensábamos llevar a cabo sobre La Zaranda. Entre esas palabras, “Esperar el cambio, aún a sabiendas de que Aquiles jamás atrapó a la tortuga”. Así que hemos vuelto a darnos “dos semanas” y mientras tanto, confiando en que esta tontería no nos separe para siempre, yo sigo haciendo la lista de libros, música, ropa y útiles de cocina que ese maldito amor me tiene que devolver.

lunes, 22 de septiembre de 2014

22.09.20

Estos días, sin haber aparecido por aquí, el trabajo no se ha detenido.

Hagamos un repaso:

- Unicaja y la demanda por Cláusula Suelo. Unicaja, a día de hoy, nos ha cobrado, aproximadamente, unos 9 mil quinientos euros de más. En sentencia de julio de 2013, el Juzgado Mercantil de Málaga nº 2 fallaba a nuestro favor, pero erraba en nuestra contra. Las cosas del lenguaje: hubo un error en el fallo judicial y se retrasó d nuevo todo. Todavía hoy, Unicaja nos sigue cobrando cerca de 300 euros más al mes de lo que debería, repito, según esa sentencia. Sin noticias de Gurb. Esperando a Godot.

- EPSA-AVRA. Con fecha de 2009, firmamos un convenio de Rehabilitación del Plan 2008-2012. Estamos a 2014 y... Sin noticias de Gurb. Esperando a Godot. Vuelva usted mañana.

- Estado de las obras. Decidí comenzar las obras de rehabilitación. ¿Saben aquel dicho de "quien hace la ley hace la trampa"? Pues, tras distintas visitas a Aqualia, Endesa, GMU, AVRA... el dicho creo que debería cambiar a "quien hace la ley obliga a hacer trampas". En el siglo XVII John Locke decía: "Las leyes se hicieron para los hombres y no los hombres para las leyes". La mayoría de las veces se olvida que tras esos ejemplos, en la vida real, hay personas.

- Sala Paúl. Tras justificar la no asistencia a la reunión (podéis ver el correo en la entrada del día 16), no he recibido respuesta alguna. El mail concluía: "Lo que sí nos gustaría, para futuras oportunidades (hablando ya de 2015), saber cómo es el funcionamiento de dicha sala, conocer cuáles son las condiciones, etc. Si para ello ve necesario un encuentro, estaremos encantados de reunirnos con usted". Seis días después, ni una triste respuesta. No sé por qué me sigo sorprendiendo... Sin noticias de Gurb. Esperando a Godot. 

- El Corral de San Antón.

               - Diario de un intento. A día de hoy la única respuesta sigue siendo " Quien eres ?" (ver también la entrada del día 16.09.2014)

               - Seguimos trabajando en poder recuperar el Corral, el Arrabal y las relaciones e ilusiones robadas. 

jueves, 18 de septiembre de 2014

18.09.2014

La entrada de hoy no puedo hacerla pública sin el visto bueno de mi abogado...

Sin noticias de Gurb. Esperando a Godot. 

miércoles, 17 de septiembre de 2014

17.09.2014

- Mañana: Sin noticias de Gurb. Esperando a Godot.

Tras los medios de comunicación y los Gurb y los Godot, hoy invierto la mañana en dar difusión a través de mis contactos personales y las redes sociales. El hacer de todo esto algo público es algo que ya a los Gurb y los Godot les preocupa un poco más.

Tal como escribo estas líneas, me arrepiento de no haberlo hecho antes. Pongamos el ejemplo de la sexualidad. A la sociedad patriarcal heterosexual normalizada, el que tú tengas una conducta "desviada" no les preocupa, lo que lo hace es que esa conducta se haga pública, pase del ámbito de lo privado a lo público, creándose así opinión y cuestionando, de esta manera, el concepto de normalización y, por tanto, la norma. Otro día quizá os aburra retomando este tema.

- Mediodía: Sin noticias de Gurb. Esperando a Godot.

En los cuadrantes de "la fábrica" mi departamento no se ajusta a ninguno de los horarios predefinidos por la empresa. Esto se sabe desde que comienza el año y todos los años ocurre lo mismo. Tres días antes de que exista un desbarajuste, recordamos al departamento de personal este hecho. Tras siete días continuados de trabajo y a la espera del único fin de semana de "descanso" del mes, que era éste que se aproxima, dos días antes, me dicen que debo trabajar viernes y sábado por la noche, con lo cual, lo que iban a ser dos noches de trabajo se han convertido en cuatro, y lo que eran siete días de trabajo se han convertido en nueve días sin descanso. Todos los planes se caen, y ésa es la vida de la inestabilidad laboral que vivimos.  Toda tu vida debe girar en torno a "la fábrica" y nadie te pregunta si el nuevo horario es compatible con lo que tenías planeado en tus días de descanso. En mi caso no es muy preocupante, pero imagínense que soy un padre divorciado que había reservado este fin de semana para pasarlo con sus hijos...

- Tarde: Sin noticias de Gurb. Esperando a Godot.

Decido salir esta tarde a pasear un poco por las calles del olvidado centro de Jerez. Hace ya días que no lo hago y me cuesta no respirar su decadencia. Me he despertado de la siesta algo inquieto. Hipersensibilidad, estrés, ansiedad, alteración del ánimo y de la conducta, irascibilidad, rabia, impotencia. Por la calle intercambio miradas que noto que se están convirtiendo en agresivas, en una tensa calma agresiva. No sé cómo explicarlo. Muchos me recuerdan a la imagen que tengo de Godot, pero no sé quién es realmente. Me pregunto ¿y si algún día no lo aguanto más y esa tendencia hacia conductas agresivas explota y tal como paso por al lado de algún Godot me lió a hostias hasta que caiga exhausto? Pienso que me está sobrepasando todo esto, que quizá debería ir al médico y decirle que necesito descansar, desconectar, pero que por culpa de la mierda de trabajo que tengo, de la Junta de Andalucía, del Ayuntamiento, de las empresas que trabajan para ellos, de Unicaja, pues mire usted, que no puedo. Y no me dé la baja, pues me despidirán de mi trabajo, mi casa se caerá, Unicaja me arruinará más aún. Y llegaré a casa, tras un paseo en busca de los Gurb y los Godot, soltaré la sierra mecánica en el asiento de al lado, le echaré el brazo por encima y nos echaremos a descansar tras un duro día de trabajo para ambos...

- Noche: Sin noticias de Gurb. Esperando a Godot.

martes, 16 de septiembre de 2014

16.09.2014

- Primera hora de la mañana:

“Buenos días,

tal como le comenté a su compañera ayer, tras no obtener respuesta, tuvimos que tomar algunas decisiones en las últimas semanas, pues no queremos vernos forzados a hacer las cosas rápido y mal. De ahí que ahora mismo declinemos la opción de organizar algún evento en Sala Paúl en los próximos meses. Lo que sí nos gustaría, para futuras oportunidades (hablando ya de 2015), saber cómo es el funcionamiento de dicha sala, conocer cuáles son las condiciones, etc. Si para ello ve necesario un encuentro, estaremos encantados de reunirnos con usted.

Un saludo”

- Mediodía: Decido dar a conocer Diario de un intento a aquellos Gurb y Godot a los que en la anterior comunicación hacía referencia. Además, en esas maravillosas copias ocultas de los correo que insertan inquietantes interrogantes a nuestras comunicaciones, (descubro el secreto) se esconden medios de comunicación, malos amigos de los Gurb y los Godot.

Pocos minutos después, desde una de esas direcciones, recibo una respuesta. Sorpresa. Pero mayor es la sorpresa al leer dicha respuesta: “Quien eres ?”. Tal cual, con ese lenguaje tan tecnológico que nos ha hecho olvidar tildes y signos iniciales de puntuación. No me molesta el mal uso de la gramática del castellano, lo que sí me molesta es lo que denota ese uso. El pasado 2 de septiembre, antes de comenzar este Diario de un intento, esta misma persona que ahora me responde “Quien eres ?”, recibía en su bandeja de entrada una solicitud de reunión con el Director de la empresa para la que trabaja. Llevo como cinco años solicitando una reunión con los responsables de esta empresa y usando distintas herramientas: reuniones con delegados provinciales, con directores locales, valija interna de esa empresa, con acuse de recibo... y ahora correo electrónico directamente a la secretaría adjunta a dicha dirección. La respuesta en estos cinco años ha sido la misma: ninguna. No estamos hablando de un “no procede dicha reunión”, un “esto debe tratarlo no con la Dirección, sino con el departamento tal”. No, estamos hablando de silencio, de oscuridad, de un “no eres nadie”. De “eres tan insignificante como ciudadano, que no tienes el poder suficiente ni para que nos molestemos en contestarte”. Tras el correo del pasado 2 de septiembre, hubiese agradecido un simple “lo trataré con la dirección y le contestaremos a la mayor brevedad posible” (tres segundos iguales que los del “ Quien eres ?”). No es un detalle mínimo, una pequeña piedra en el camino. Si repasamos todo el camino recorrido, resulta que el camino está compuesto sólo por pequeñas piedras, y los pies ya duelen. Sin embargo, tras un inquietante correo de esos de copia oculta, tengo la sensación de haber tenido una cita con esta persona, en un precioso banco rodeado de hojas secas que esperan a aquella pareja de enamorados, en cualquier parque romántico, haber llegado por detrás, por sorpresa y haberle tapado los ojos... “ Quién soy ?”... “ Quien eres ?”

No doy a conocer nombres de las personas ni de la empresa porque mi intención es que esas personas empaticen conmigo y con todas aquellas personas que sufren de este Sin noticias de Gurb, de este Esperando a Godot, no jugar con sus puestos de trabajo, de la misma manera que ellos y ellas juegan con nuestras vidas. Sin embargo, en el momento en el que considere oportuno sacarlos a la luz, no dudaré en dar nombres, apellidos y cargos. Cuando las piernas flojean tanto, el temblor de la mano es imperceptible. Podemos caer al suelo, pero desde el suelo también se puede disparar.

Por último, os dejo el inquietante correo al que responde ese “Quien eres ?”.

El Corral de San Antón es un corral de vecinos, el único superviviente, de la antigua Calle Corral de San Antón de Jerez de la Frontera, actual Calle San Antón, y uno de los últimos ejemplos de corral de vecinos supervivientes en nuestra ciudad.

Diario de un intento es la memoria de la lucha por intentar salvar este corral y convertirlo en un centro cultural.

http://elcorraldesananton.blogspot.com.es/

Proximamente más novedades...”

La única respuesta por parte de los Gurb y los Godot: “Quien eres ?”. Quizá deba plantearme eso, “¿quién soy?” o traducirlo a “¿qué mierda significo yo para ustedes?”.

- Noche: Sin noticias de Gurb. Esperando a Godot.

Salud

lunes, 15 de septiembre de 2014

15.09.2014

De camino a reunirme con mis compañeros y compañeras de El Arrabal de San Miguel, recibo una llamada de estas de números tan extensos que no caben en la pantalla del teléfono.

- "¿José Luis Fuentes?"

- "Sí"

- "Buenos días, le llamo de la Delegación de Educación. Me ha dicho mi compañero que quería solicitar un encuentro con el "señor y" (con el cual, anteriormente, nunca ha mediado nadie en nuestro contacto, siempre fue directo con él). Éste sería para el jueves 18 a las 12 del mediodía".

En ningún momento pude intervenir en la conversación. Aquello parecía más una citación judicial que una conversación telefónica. Menos mal que estuve rápido, y antes de que finalizara su monólogo pude dejar escapar de manera rápida un "Perdone, perdone". Atropelladamente, deteniendo el camino del teléfono hacia el vacío, donde no había sitio para respuesta alguna, para un "no puedo", un "aunque le parezca mentira, el resto de las personas también tenemos vida, y si vosotros habéis tardado un mes y medio en decirme algo, deme al menos tres segundos para mirar si puedo ese día a esa hora", un "de acuerdo", en ese camino hacia el vacío, como les decía, pude dejar escapar ese "perdone, perdone".

- "Perdone, perdone. A ver, como usted comprenderá, han pasado muchos días, varias semanas, un mes y medio, y las circunstancias han cambiado mucho. Tengo que consultarlo con el resto de mis compañeros".

- "De acuerdo, espero su respuesta".

Mediodía: Sin noticias de Gurb. Esperando a Godot.

Noche: Sin noticias de Gurb. Esperando a Godot.

* Sin noticias de Gurb. Esperando a Godot (aclaración). Además de dos obras de arte de la literatura, en este Diario de un intento, como habéis podido ir comprobando, hay muchos "Gurb" y muchos "Godot".  Ahora ha vuelto a aparecer en esta historia el "señor y" de Sala Paúl, pero hay muchas variantes a este personaje a lo largo de todo este camino, y, siempre, aparecen y desaparecen de él: la persona de la GMU que tiene que asesorarme para contratar el servicio de agua para poder empezar las obras, EPSA-AVRA, la Delegación de Vivienda de la Junta de Andalucía...  Al final va a ser cierto eso de que Godot "es uno y trino". Y aquello de que "se encuentra en todas partes", pero que yo no puedo verlo. Será que está de vacaciones...



domingo, 14 de septiembre de 2014

14.09.2014

En el trabajo están muy contentos conmigo. Un chico responsable y trabajador. Ni una queja. En los trabajos de las grandes empresas también quedan muy claros los ejemplos de fantasías de poder y fantasías de dominación. Tras terminar mi contrato de fijo discontínuo el pasado mes de agosto, vuelta al contrato de eventual. El viernes 12 de septiembre solicitan mi presencia en las oficinas de personal. Firma del contrato de eventual. Viernes 12 sentado firmando un contrato fechado el 26 de agosto. Desde ese día estoy trabajando con otro contrato que no he leído, ni, por tanto, aceptado sus condiciones y firmado. "¿Qué pasaría si me niego a firmarlo?", pregunto. "Pues nada, hay un plazo para echarlo para atrás y ya está". Pero, si no lo firmo, "¿qué pasaría con esos días que he trabajado desde la finalización del contrato de fijo discontínuo?". En fin...

En EPSA-AVRA y en la Delegación de Vivienda están muy contentos conmigo. No voy gritando a sus oficinas, no levanto la voz, mantengo la calma, razono con sorprendente claridad, propongo alternativas y soluciones. Un chico responsable y trabajador. Y un proyecto ilusionante desde el primer día. Un convenio firmado con ellos desde el año 2009 de un Plan de Rehabilitación 2008-2012. Y siempre esperando una respuesta que viene a tardar unos 20 días. 20 días desde hace varios años...

¿Cómo afrontar esto? Diario de un intento.

sábado, 13 de septiembre de 2014

13.09.2014

Hoy he recordado unas palabras que hace unos años intercambié con mi profesor y, sin embargo, amigo Jordi Claramonte (http://jordiclaramonte.blogspot.com.es/):

"Bueno, y por otro lado decirte que ya terminé de leerme Lo que puede un cuerpo. La verdad es que pienso que cuando tenga más tiempo lo leeré de nuevo, pues creo que es necesario leerlo con más tranquilidad. Pero bueno, una idea más o menos básica me he hecho. Y al respecto tengo varios comentarios. En primer lugar decirte que el otro día en mitad de una reunión por una movida de la rehabilitación de casa, de buenas a primeras, apareció en mi mente, y en la conversación, una de estas bases del libro: las fantasías de dominación y de aceptación. Con la situación económica actual tanto bancos como ciertos organismos públicos que tienen entre sus tareas la concesión de fondos públicos, expresan de manera muy clara eso que denominas "fantasías de dominación". Hasta hace un par de años o tres, tú ibas a un banco y al empleado de la sucursal se le reconocían ciertas facultades meritorias para tomar decisiones en ciertos aspectos. Ahora mismo, con lo más mínimo, tienen que llevar el asunto a "los de arriba". Aunque la táctica (y la estrategia) de sus empresas estén bastante claras, ahora mismo, supongo que por el miedo (instaurado o/y por instaurar), dentro de la táctica misma de la empresa está el que la toma de decisiones la realizan los altos mandos. El temor ante los cambios contextuales (la situación económica, la política, la social...) hacen que tomen el mando quienes lo tienen que tomar, "los que mandan". Lo que no estoy seguro es si esto es buscado tal cual, es decir, si ante este cambio contextual se hace conscientemente este cambio por mera necesidad táctica respecto a la estrategia, o si es un temor real entre la autoridad. O sea, este giro hacia la fantasía de dominación se realiza por un temor real económico, o por una necesidad de marcar quiénes son los que mandan y quienes son los que nos deben sacar de los problemas. El ejemplo concreto de estos días pasados es que entre tres amigos nos compramos una casa antigua aquí en Jerez y estamos esperando para poder rehabilitarla. La casa se ha ido deteriorando tanto en estos últimos años que ya no podemos vivir allí, estamos pagándola sin poder vivir aquí, y la oficina de rehabilitación, que es la que nos tiene parada la historia, dice su directora que no puede hacer nada, que una reunión con el coordinador provincial. Y el coordinador provincial nos explicó más o menos la política actual de la Empresa Pública del Suelo Andaluz, y que él todo lo tiene que llevar a Sevilla, sede de su oficina central. No sé, pero yo vi un claro ejemplo de esa fantasía de dominación burocrática.

Pues todo esto me hizo pensar un poco más sobre ello. Y me surgio la duda de si las fantasías de dominación anteceden cronológicamente a las de aceptación. Yo pienso que sí, no sé cómo lo ves tú. Primero las fantasías de dominación marcan eso, quienes son los que mandan, y además marcan las pautas, hasta que se da el ambiente propicio para poder delegar al lograr que lo impuesto sea ya algo deseable. Y este paso intermedio entre ambas fantasías lo marca pienso la normalización. Se crea a través de las fantasías de dominación una normalidad. Y la normalidad contextual hace que se pase a las fantasías de aceptación. De este modo, el paso de las fantasías de dominación a la de aceptación es un proceso de normalización. A la que se tambalean los cimientos de ese estado normal de las cosas es el momento de volver a redefinir la táctica, y de eso se encarga de nuevo la fantasía de dominación, creándose así el círculo.

Otra cuestión que no comprendo muy bien: el modo en que la autonomía puede representar relaciones de poder. Este salto que, para algunos es inevitable, ¿a qué se debe?. Las relaciones de poder entiendo que siempre se dan, pero creo que lo que expresamos con esa "relaciones de poder" es la gestión de ese poder. Entonces, ¿por qué puede representar la autonomía un peligro en ese sentido?" 

viernes, 12 de septiembre de 2014

12.09.2014

Primera hora de la mañana: Sin noticias de Gurb. Esperando a Godot.

Mediodía: Sin noticias de Gurb. Esperando a Godot.

Tarde: Gurb ha estado en casa. Correo: 14'51h. El "señor y" se disculpa por la tardanza, o se exculpa: "el inicio del curso escolar"... Me pregunto qué tiene que ver el inicio del curso escolar cuando sólo tiene que mirarme si un fin de semana concreto está libre la programación del espacio que solicito. En fin, no voy a entrar en la gestión de "su" empresa (Ayuntamiento de Jerez). Ahora resulta, que tras estar esperándolo a él durante unos 45 días, el "señor y" introduce en mi vida al "señor z", al que la "señora x" nunca hizo referencia. La "señora x" habló con la señora Delegada, y ambas aprobaron toda mi solicitud, pero necesitábamos que el "señor y", como Director de la Progamación de Sala Paúl, nos concretase si la fecha solicitada estaba libre. Tras no saber nada de ellos durante tres semanas, el "señor y", me dice que "el técnico ("señor z") que va a coordinar la programación de actividades de la Sala Paúl estaba de vacaciones". ¿Siempre hay alguien de vacaciones y ese alguien es el que siempre necesito yo? Parece ser que sí.

A estas alturas, el cuento ya ha cambiado mucho. Decidimos dejar de organizar este festival pues era imposible trabajar en estas condiciones: simplemente sin saber si dos días concretos podríamos utilizar el espacio. Sólo sabemos que el uso de éste a partir de mediados de noviembre está complicado, pues llegan las zambombas. Unas zambombas que dejaron de ser populares para que también la gestionaran desde lo público. En fin, ése es otro tema. Y también sabíamos que la primera fecha que barajamos estaba ya ocupada. Total, que esperarán que por arte de magia se organice todo en 4 semanas (remito a la primera entrada de este diario para repasar lo que supone la organización del evento que propusimos). Tienes que cerrar todas las tareas previas, pero aún quedaría la fundamental: la difusión. Este nuevo mundo se ha llenado de "eventos", pues hay una empresa que a todo lo que cualquier persona quiere hacer junto con otra más le ha llamado "evento", y la invita a crearlo. Eventos, eventos, eventos. Crear una difusión adecuada es un trabajo difícil en este nuevo mundo, pues una difusión sin una recepción es nada.

A todo esto, aún no me han dicho nada, pues me ha escrito simplemente para excusarse y decirme que me llamará el lunes 15.09.2014.

Pensamos.

jueves, 11 de septiembre de 2014

11.09.2014

Cádiz. Primera hora de la mañana. ADICAE. Lo primero, excusarse. Lo segundo, decirme toooodo el trabajo que tiene. Lo tercero, que lo compruebo cuando llego a casa, mandarme correos de ADICAE. Entre cada paso, suspiros y resoplidos. En medio de los pasos, mandar whatsapp al abogado, atender llamada del Jefe, el cual la llama por Skype y ella le responde que está atendiendo, a lo que éste le dice que la llama por teléfono entonces, y, dos segundos después, cierto, la llamada por teléfono. Nuestro intercambio y su trabajo se ve continuamente interrumpido. Ahora busca ejemplos de un documento, pero claro, le tiene que tapar los datos personales de las otras personas. Ley de protección de datos. No los encuentra. Su compañero, el cual, ante mi pasmosa sorpresa, demuestra una tranquilidad impropia del lugar (y parece que trabaja, sí), le dice dónde puede encontrarlos. Ella dice que allí no. Cuando el compañero se da media vuelta ella acude a donde éste le había dicho y lo coge. Claro, debe demostrar que ella está un peldaño por encima, que ella es la imprescindible y su compañero no sabe muy bien de qué trata, pues está perdido. Mi sensación es más bien la contraria. "Durante las vacaciones me han cambiado todo, yo que antes sabía dónde estaba cada cosa". ¿Para qué tapar los datos personales de a quien pertenece el documento que me enseña? Entiendo que por dos nombres y cuatro apellidos, más dos firmas temblorosas, no voy a saber de quiénes se trata. Lo entiendo. Pero la sensación siempre es que entre cada palabra y su trabajo asociado hay mucha distancia en aquella pequeña oficina.

Resumen de estas dos horas de vida: han sido tres preguntas formuladas, a cinco respuestas por cada una de ellas, dan un total de quince respuestas. Sin embargo, las hermanas tacañonas hubiesen tocado la campana en cada una de esas respuestas, pues ninguna contestaba a las preguntas formuladas. Parece que todo es desviar la atención.

La verdad es que a ella sigo reprochándole simplemente que resople y resople antes de cada respuesta, que cierre los ojos hacia la inmensidad del suspiro y deje morir ahí ya las esperanzas de algo nuevo. Por lo demás, no la culpo a ella. Igual que no culpo "al señor x" o a "la señora y". No es un problema de los elementos, sino estructural. "La historia de un día (...) la de la sociedad". Hay pocas excepciones, pues hacer su trabajo de otra manera es escapar a las exigencias no del otro, sino del Único. No dejo de sentir que todo esto funciona como funciona por una falta total de responsabilidad y eficiencia. Y ahora no hablo de este día, sino de todos los elementos que formamos este conjunto.

No me está gustando la traducción del ser a la palabra en el día de hoy.

Mediodía: Sin noticias de Gurb. Esperando a Godot.

Tarde: Sin noticias de Gurb. Esperando a Godot.

Noche: Sin noticias de Gurb. Esperando a Godot.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

10.09.2014

Hoy estoy de "descanso", o, al menos, eso dice el calendario laboral de “la fábrica”. Aunque lo cierto es que de ella salí a eso de las 07'12h. de esta misma mañana. Antes de ir a la cama, miro a ver si, como dicen por aquí, "cae la breva". Sin noticias de Gurb. Esperando a Godot. Me acuesto pensando si aprovechar mañana, que es mi otro día de descanso tras siete de trabajo, para ir a Cádiz a ADICAE (la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros que nos lleva la denuncia colectiva contra Unicaja por el tema de las Cláusulas Suelo). Mi experiencia personal con ADICAE no es muy positiva tampoco. Cierto es que el abogado que nos lleva el caso sí que me dio muy buena impresión y parece que hace bastante bien su trabajo, pero la persona que atiende personalmente las dudas y gestiona el trabajo en la provincia parece que sigue la liturgia del "puede marchar en paz". Hace unos meses estuve en una asamblea de dicha asociación y nos reprochó la poca implicación que tenemos, que están desbordados de trabajo. Nos hacía sentir culpables por la escasez de resultados positivos. Las personas que estábamos allí era la primera vez que nos veíamos en nuestras vidas. ¿Cómo ponernos en contacto unas con otras para gestionar nosotras sin mediar el trabajo de esta persona? Imposible. ADICAE no nos puede poner en contacto. Ley de protección de datos. O al menos no lo hace. Aquel día le propusimos ideas, todas complicadas para ella. Le pedimos que nos dijese qué hacer. No había respuestas. Tras esa reunión cumplí con mi parte de trabajo, buscando la posibilidad de unos talleres sobre consumo. ¿Respuesta? Cero. No sabemos cómo actuar y no nos dicen cómo podemos proceder. Así complicado. Sermón, pero nada de solución. Desde esa tarde, cada vez que he llamado a ADICAE y no es ella quien me responde al teléfono, cuando le dicen que soy José Luis Fuentes, la escucho resoplar desde lejos antes de hablar conmigo, como si fuera un favor personal. Y cierto es que me/nos ayudan, pero también es cierto que es su trabajo, que no es una labor altruista. Se repiten los mismos esquemas, las mismas respuestas y las mismas deficiencias que en el resto de la liturgia. Cada vez que le pregunto algo, me responde a otra pregunta que ella tendrá en la cabeza pero que por mi mente ni siquiera a pasado. Me voy con muchas cosas en la cabeza, pero muy pocas tienen que ver con las preguntas formuladas. No espero mucho, la verdad, tan sólo que deje de resoplar cada vez que va a comenzar a hablar. A pesar de que el mayor trabajo que he tenido estos años ha sido trabajarme la paciencia, he de reconocer que me desespera y me pone de los nervios.

Mediodía: Sin noticias de Gurb. Esperando a Godot.

Tarde: Sin noticias de Gurb. Esperando a Godot.

Noche: Sin noticias de Gurb. Esperando a Godot.